miércoles, 3 de junio de 2009

EL ALÓN, DOÑA MENCÍA... UN YACIMIENTO MALDITO.

HAY yacimientos que son olvidados. Otros son destruidos. Pero otros tienen el triste privilegio de encontrarse en la categoría de yacimientos malditos, aquellos que son destruidos una y otra vez, sin piedad, sin remisión. 
El yacimiento arqueológico menciano de El Alón (nº 1 en el mapa) es uno de éstos. Durante la construcción del llamado Tren del Aceite, a inicios del pasado siglo (nº 2), la trinchera realizada para dicha infraestructura acabó, según noticias orales, con una gran cantidad de restos arqueológicos. La cosa quedó ahí, sabida, pero sin que supusiera nada. 
Lustros después, en 1992, la realización de una carretera de alta capacidad entre Doña Mencía y Cabra supuso la destrucción de otra parte importante de este yacimiento, donde aparecieron capiteles, fustes ochavados y sillares en tales cantidades que fueron amontonados en los límites de la obra y recogidos por vecinos a título personal, aunque algunos acabaron en poder del Ayuntamiento, ante la presión de algunos ciudadanos concienciados de la magnitud del desastre. Porque fue un desastre, un expolio, a la vista de todos, y con unas administraciones que, ya en esas fechas, contaban con las competencias legales para haberlo evitado. 
Muchos cordobeses y no pocos mencianos desconoces la importancia de este yacimiento. Pero los especialistas en la época Paleocristiana y Visigoda sí lo conocen. Tal es así que en una reciente visita a Córdoba de Achim Arbeiter, profesor de la Universidad de Gottigen y miembro del Instituto Arqueológico Alemán, me pidió expresamente que le acompañara al lugar, si era posible. Le dije que sí, y estuvimos en el museo de Doña Mencía y en el yacimiento. Tras una breve inspección del lugar, ambos concluimos que era más que posible que aún quedaran restos bajo un pequeño promontorio sembrado de olivares. 
La próxima construcción de la autovía, también llamada del Olivar, amenaza separar la localidad de su área de expansión, de recreo, y de acabar con yacimientos únicos como El Alón, así como con otros como la necrópolis de Torre de la Plata (nº 3) o la periferia del yacimiento iberorromano de El Laderón (nº 4). Esperemos que la acción popular, tan activa en Doña Mencía, pueda imponer un criterio conservacionista tanto del Medio Ambiente como de la riqueza Arqueológica de la zona, para que no tengamos que lamentarnos, de nuevo, dentro de poco, de la tercera y definitiva destrucción de uno de los yacimientos más interesantes a nivel científico de la provincia. 


3 comentarios:

Alimoche dijo...

Unos tanto y otros tampoco. De la probable basilica de El Alón, no nos queda ni una planta, a excepción de unos capiteles y fustes alucinantes en el Museo de Doña Mencía. Y con la Basílica de Coracho, independientemente de como estuviera antes de su excavación- destrucción total, se han gastado buena guita en apenas un cimiento retransportado y reconstruido. Y un ladrillo, no se me olvida.

No sé que pensará usted de ello, pero hay cosas (a veces veo cosas), que no termino de entender.

Jerónimo Sánchez dijo...

Efectivamente, amigo... yo hay veces en que procuro entender algo, y al final resulta que siempre acabo desconcertado. Y esto es lo que conocemos... imagínate lo que no sabemos y que sí saben los clandestinos que han estado expoliando y enriqueciéndose con lo que es de todos. Saldrían varios libros, te lo aseguro.
(Por cierto, prefiero el tuteo, si no te importa, claro. Gracias por pasar por este blog.)

Alimoche dijo...

Los clandestinos, las canteras, las parcelaciones y obras en el campo, los cortafuegos, los acondicionamientos en cortijos, el arado, y tantas otras acciones sin control de las que no queda constancia... Lo que no sabemos es prácticamente todo.

Un saludo.