martes, 25 de agosto de 2009

PEDRO LEONARDO DE VILLACEVALLOS y el primer museo de Córdoba.


Tal vez fue el primer museo cordobés. No sabemos si los califas tuvieron, antes, algún tipo de gabinete de objetos extraños y antiguos. Los Señores de Aguilar también decoraron sus múltiples casas cordobesas y montillanas con antigüedades sacadas, por ejemplo, de Porcuna. Pero desde luego, el museo cordobés de Pedro Leonardo de Villacevallos es el primero que se puede denominarse así, como museo, pues su casa parecía más eso que una auténtica vivienda.
Imbuido del espíritu humanista y coleccionista de la Edad Moderna, Pedro Leonardo de Villacevallos completó una extraordinaria colección de objetos bellos, históricos, arqueológicos... que llenaron la casa-palacio que se encontraba en la actual calle de Tomás Conde de Córdoba, y a la que se entraba por un callejón sin salida, una barrera, hoy llamada Calleja de la Luna, abierta en 1961 como calle que comunicaba la moderna zona de Avenida del Doctor Fleming con la Judería, aprovechando el derribo de parte de este palacio, de algunas casas y convirtiendo en plaza lo que no era sino un patio. Hoy, la antigua casa-palacio nada tiene que ver con la original y su fachada de ladrillos intenta dar una falsa sensación de antigüedad, acrecentada en su conjunto con la apertura de una puerta en la muralla, que nunca existió.

Gracias a la obra de Manuel José Díaz de Ayora, sabemos de lo sistemático y cuidadoso que fue Villacevallos en todo lo concerniente a su colección, de la que su ilustre amigo realizó un catálogo muy completo.

Y no sólo se limitó a realizar un listado de piezas, sino que, además, nos transmitió cómo y dónde estaban puestas en la casa-palacio de Villacevallos, en la que sea tal vez la primera constancia de una "instalación museográfica" en Córdoba. Aquí os dejo una planta y una vista del patio donde se encontraban las piezas.


Como se puede observar, todo estaba catalogado, señalado, organizado... incluso llegó a crear, para las monedas, unos soportes cúbicos con un cilindro central donde encastrar las monedas y, de paso, realizar una pequeña anotación para catalogarla. En fin, que no se trataba sólo de un coleccionista, sino de alguien preocupado por la Antigüedad, el Patrimonio y deseoso de conocer todo lo relacionado con las piezas de su colección.
Pero esa preocupación no pasó ni a sus descendientes ni a la ciudad que albergaba tan magnífico museo privado. De hecho, y ante la desidia de las autoridades y de la "intelectualidad" cordobesa de la época, la colección fue a parar a los Loring de Málaga, que embellecieron con ella su finca de La Concepción.
Hoy, la colección cordobesa de Villacevallos es, por decirlo de alguna manera, el núcleo germinal del Museo de Málaga, como se puede comprobar aquí, con la excepcional estatua thoracata de Montoro, parecida a la que hay en el museo de esta localidad cordobesa y que fue hallada hace algunos años.
Gracias a la labor de la Universidad de Sevilla, hoy sabemos los avatares y desventuras de esta magnífica colección, que al menos en Málaga supieron apreciar.

2 comentarios:

Rafael Jiménez dijo...

Muy interesante el personaje y el hecho. Ya te solicitaré datos.

Jerónimo Sánchez dijo...

Hay un montón de datos, y la mayoría publicados y accesibles. Ya te paso lo que quieras. Espero pronto ir subiendo más noticias de museos, colecciones y coleccionistas cordobeses.... ¡¡¡ pero es que hay tantos!!!